
A papá.
Ahora
que entre tú
y yo
crece una selva
de recuerdos cortados,
lo que pudo ser
carece de importancia,
y lo que es
está demasiado distante,
como un paisaje desolado
pintando en la frescura efímera
de un oasis,
y quiero atrapar tu espalda ancha
que ahora se inclina,
y besar tus dedos
como copas
de árboles centenarios,
besando tu frente prolongada
en sufrimientos
y más sufrimientos,
por doquier,
a cada hora despierta.
Ahora
que como sillón vacío
meces la soledad de tus mediodías,
recibe
mi mensaje naciente y tardío
que nada puede
contra las mareas del tiempo,
ni los puentes destruídos de la distancia,
ni las cadenas rotas
de libertad comprada
y pagada
a precio de vida
y depreciación de la muerte.
Ahora que pienso.
Ahora que soy.
Ahora que florezco.
Ahora la selva interminable
de los recuerdos
cortados con el hacha
de una lágrima sin fin.
Muy bonito poema dedicado a tu padre, es precioso!!!
ResponderEliminarUn besazo!
Gracias. Lo hice con todo sentimiento en una época en que las relaciones entre él y yo no eran las mejores. Afortunadamente, todos esos desencuentros han quedado superados.
ResponderEliminarHola Pedro.
ResponderEliminarMe recuerdas aún?...
Revisando poemas del ayer lejano, encotré comentarios tuyos, por cierto bellísimos, y traté de buscarte. Pon fin di contigo y aquí me tienes, visitando de nuevo tu isla.
Un placer saludarte y leerte de nuevo.
Mi abrazo. Soco