viernes, 27 de noviembre de 2009

Apología del círculo


Como el sol.

Yugo.

Principio y fin.

Trampa cerrada

en perfecto

equilibrio.


Espiral

repetida

y cautiva

en las sinuosidades

de la duda

y el camino feliz.


Justificación

insípida y fugaz

de la incapacidad

o la irresolución

brillantes

atadas

con anillos de fuego

a la mente

insomne

y exhausta.


Domina.

Es dominada:

curva infinita e inconclusa

del origen

estático

y las leyes

que predatan

el diluvio

inmemorial.


Regalo divino.

Maldición.

Descanso.


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A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND

Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.

Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.

Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.

¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!