domingo, 6 de diciembre de 2009

Penélope


A Ela Lee, con cariño


Dime, mujer agraciada

que te echas a la risa y a la emoción

del momento;

mujer,

dime tú qué tejes

oculta como estás

en las cavernas de la imaginación.


Dime — te pido—

la razón de tu existencia

pegada

al viento y a la vida

como el ala

de un pájaro libre.


Explica

bañada en las cascadas

de luz

de volcanes ignotos y amenazantes

si puedo adivinar

el color de tus sueños

nacidos al misterio de la mente

sin escuchar el sonido hacendoso

de tus manos que urden.


Habla.


Confiesa si en cada hilada

se escapa un átomo de tí.


Dime

si algún día

podrás tocar

las estrellas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND

Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.

Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.

Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.

¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!