sábado, 9 de enero de 2010

Perspectiva


Quietud en el silencio

de la hora.


Una luz

casi al centro

de la ventana

y oscuridad alrededor

como en una madriguera

carente de ojos.


¿A dónde iré

desde este punto

cero

que de nuevo es

mi vida?


¿Habrá amanecer

en tres días

o tal vez se acabe

el mundo

en una semana?


Las traiciones

y las mordidas

dejan puntadas rojas

en la piel

y en el alma:

costurones

de la vida

que se burla

amarga

de quienes la mastican

y luego

la escupen

porque

no hay

forma

de tragársela.


6 comentarios:

  1. Pedro, me encanta tu isla y tu poesía. Saludos

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  2. Pedro,aquí me quedo siguéndote y disfrutando en esta,tu isla.Un abrazo

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  3. Tragarse la vida no es apto para estómagos delicados. Yo opto por degustarla poquito a poco, manteniéndola entre el paladar y la lengua para saborearla en toda su intensidad. Algún que otro bocado nos traerá una digestión pesada, pero para eso contamos con bicarbonato, que siempre hemos de tener a mano para combatir los ardores de estómago. Y luego, pues nada, a seguir comiendo tan ricamente. ;)

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  4. Que genial Pedro. Es dificil tragarse la vida a veces. n beso

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  5. las costuras de la vida que van remendando nuestro día a día un placer leerte

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  6. Froilán y Sombragris: me da un gusto inmenso que disfruten de mi Isla y de mi poesía.

    Santiago: así es. Tengo ya más costurones en el cuerpo que si me hubiera hecho cien cirugías...

    Domingo: Como siempre, me haces reír y mirar las cosas por su lado más positivo y claro.

    Milagros: toda la razón del mundo y siempre un placer tenerte por esta Isla mía.

    A todos: un fuerte abrazo y gracias por visitarme y por comentar. Los quiero.

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A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND

Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.

Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.

Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.

¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!