martes, 27 de abril de 2010

Matutinaciones

(Con audio en la voz del autor)


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Entre las copas

de los árboles

en concierto

entona

un aria de allegros

la invisible

organza

del aire.


Trina la mañana

y con ella

un coro

de turgentes

polifónicas gargantas

desde

el verde orquestal

que sicalíptico

vibra.


Sube

vital

el himno:

liturgia y ofrenda

del día

pubescente y risueño

a la estación

que

sin pudor ni recelo

se baña

desnuda

y displicente

en el lago de las horas

de manos del tiempo.


(Active si desea escuchar este poema en la voz de su autor. Puede apagar el sonido del blog si éste interfiere con su audición)


6 comentarios:

  1. Pedro:
    Saludándote, amigo antillano, y deleitándome con este preciosísimo poema que hoy nos brindas. Me encantó el verdor que hoy exhibe tu, siempre bella, isla.
    Un gran abrazo.

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  2. Hay "posts" que ya son valiosos sólo por el título. "Matutinaciones". Me chifla. :)

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  3. Para mí siempre es un placer pasear por las playas de arenas blancas de tu preciosa isla. Me encanta la poesía y la foto, son casi tan dulces como tu.

    Te he vuelto a mandar la foto, esta vez sin comprimir a ver si así puedes verla.

    Mil besos para mi poeta, sabes que aunque tarde en pasarme siempre te llevo en el corazón.

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  4. Pedro, saludos y gracias por tu lindos comentarios a mis escritos

    Tu poema transmite dulzura, y deleite para el alma.
    Cada verso es, como rosa sobre rosal
    Como campo florido en primavera

    Abrazo sincero

    M. Ángel

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  5. Un manera magnifica de empezar mi dia con una visita a tu isla y tus "Matitunaciones".Un abrazo,Pedrom

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  6. Queridos todos, mi agradecimiento y mi compromiso de amistad y respeto hacia todos y cada uno de ustedes. Me aportan siempre la riqueza de sus experiencias e impresiones respectivas y una dosis periódica de gran alegría. Abrazos.

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A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND

Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.

Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.

Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.

¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!