(Con audio en la voz del autor)
Asisto en el bullicio
aplastante
a la irremediable
devaluación
del silencio.
(Con audio en la voz del autor)
Asisto en el bullicio
aplastante
a la irremediable
devaluación
del silencio.
A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND
Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.
Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.
Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.
¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!
Hola Pedro:
ResponderEliminarHe entrado en tu blog y me he quedado atrapada en tu isla, en la veneración al silencio. ¡Impresionantes imágenes, bellísimos versos!
Volveré por aquí e incluso los copiaré para disfrutarlos mas a menudo.
Te mando un abrazo y te invito a visitar y dejar tus comentarios o poemas, o lo que quieras, en el blog de Jorge Brown (el silencio hecho palabra). Soy Sofía, su tía, la que adaptó el libro autobiográfico en el que Jorge relata la experiencia de su corta vida hasta los 33 años.
Nos rodeamos de ruido y de barullo para huir del silencio, no sea que nos dé por pensar, por viajar hacia nuestro interior, por replantearnos nuestra existencia y por descubrir cosas de nosotros mismos que no nos gustarían. Hay que ser muy valiente para enfrentarse al silencio, un ámbito en el que todo puede suceder. No apto para blandengues.
ResponderEliminarA pesar de esa devaluación, el silencio se valoriza, se hace escaso, un bien raro pero absolutamente necesario para quien tiene un horizonte más lejano y más profundo que la vidrieras y las luces.Corto y sustancioso tu poema mi querido Pedro. Te dejo abrazos.
ResponderEliminar¡ fantástico!.Ocurrente y original.Un abrazo
ResponderEliminarAy, ese silencio al que nadie presta atención y que es padre de la calma y el sosiego...
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