(Con audio en la voz del autor)
Verso que vuela
reposo ascendente:
alas de alivio.
Prendida al aire
su magia en mí gravita:
levita el ave.
Pájaro raudo
plumaje de utopías:
el nido apremia.
A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND
Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.
Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.
Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.
¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!
Muy bello Pedro. Un abrazo
ResponderEliminarTelepatía o qué, jejeje tu andas por allá y yo por tu blog. Bien, estos versos son muy pertinentes, reflejan muy bien el andar de las almas inquietas por el justo medio entre la luz y la oscuridad… bueno así lo percibo, aunque siento que hay algo más en tus haikus, que yo se que tú sabes, un abrazo fuerte hermano.
ResponderEliminar¡A ver Pedro que hoy vengo con un whisky encima! ¡Quiero a la Celia para que nos ponga a bailar! Además que ese poema tuyo vuela sobre las alas del reposo, el nido donde las palabras consuelan y arrullan. Muy bello amigo. Abrazos de todo corazon. La Celia no llegó, así que toca marcharme...
ResponderEliminarPlumaje de utopias. Que bonito. He vuelto a saborearlo despacio y a oir el sonido de las olas.
ResponderEliminarEsto me recuerda que podemos volar, aunque muchas veces nos hagan creer lo contrario. Resulta que tenemos alas, pero se nos han anquilosado a fuerza de no usarlas.
ResponderEliminarMilagros, Roger, Clara, Domingo: Siempre podremos volar, aunque nos pesen las alas. Los quiero y los extraño el día que faltan. Abrazos y besos para todos.
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