domingo, 18 de julio de 2010

Capricho de un ave

(Con audio en la voz del autor)


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Pende el nido de la oropéndola

de su pedúnculo de oro:

roto el péndulo

cae el tesoro

—por pendiente

abrupta y trémula—

donde yace

—roto oro—

el nido de la oropéndola.


(Active si desea escuchar este poema en la voz de su autor. Puede apagar el sonido del blog si éste interfiere con su audición)


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3 comentarios:

  1. Aquí porque la calidad de lo que escribes te acompaña, pero de no ser así, amigo Pedro, tú podrías leer el prospecto de un jarabe para la tos y seguiría sonando bien. Y es que con esa voz que natura te dio es muy difícil hacerlo mal. ;)

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  2. Hola Pedro, he venido hasta tu isla a desearte una feliz semana..tus escritos con tu voz, son muy buenos, felicitaciones!

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  3. Qué bonito el áureo pedúnculo de esa oropéndola...sobre todo cuando es tu voz la que conduce el poema, ya de por sí precioso. Mis felicitaciones, mi querido amigo. Un besito.

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A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND

Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.

Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.

Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.

¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!