martes, 6 de julio de 2010

Haïtien



A la querida Haití, contra el olvido...


(Con audio en la voz del autor)


Nadie habla ya de ti

pero sigues

ceñida por las olas

lamida por los vientos

olvidada en la memoria manca

que no registra

sin locutores

ni lentes de artificio.


Sigues ahí

bella y soleada

como una adúltera

de las caravanas

abandonada sobre la gula

del desierto;

rota y con las piernas cortadas

por el tiempo

y la ausencia

que lo talan todo.


Así feneces:

muerta de sed

rodeada de aguas.


Triste isla

que me duele

oscura

como si fuera en sangre propia

porque en ti

parida de angustia

y preñada de esperanza

mi vergüenza

mora.


(Active si desea escuchar este poema en la voz de su autor. Puede apagar el sonido del blog si éste interfiere con su audición)


Pedro F. Báez-May 2010

3 comentarios:

  1. Hola Pedro muy bello poema para
    Haití,es verdad ya nadie habla
    nadie comenta nadie se acuerda
    de Haití como si ya no existiera
    gracias por compartir tan bello
    escrito.
    Un abrazo grande que estes muy bien.

    ResponderEliminar
  2. Es fácil salir en la foto cuando todo el mundo está pendiente; sin embargo, ¿a quién importaba y a quien importa una isla en la que la pobreza campa a sus anchas?

    Siempre es lo mismo.

    Por eso es más de agradecer tu hermoso poema.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Tan bello como triste y tan triste como certero, querido Pedro. Un poema cuyos versos no sólo denotan el buen hacer y el oficio del poeta, sino su gran corazón solidario, henchido de dolor al ver cómo el mundo continúa siendo injusto, como la tragedia parece no tener nunca fin...Y es que nadie se acuerda ya de los desamparados, a excepción de unos pocos como tú, amigo mío.

    ResponderEliminar

A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND

Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.

Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.

Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.

¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!