martes, 27 de julio de 2010

Oráculo para un paraninfo

(Con audio en la voz del autor)


A Roger Rivero, compatriota intergaláctico


Photobucket


Cuando la Tierra

resumida en aerolitos

recurrió al mito

era ya tarde:

Dionisos había danzado

la expectativa y la tesis del rito.


Mares de sangre

—moscatel y óxido—

volumétricos y arqueados

sobre rubra lava:

aristas fragmentadas

vértices arquetípicos

inconclusas pirámides de incandescente

efímero conato.


No fue el fuego

sino la adoración del mismo.


Pálido suplicio

de los hombres

blancos.


Los negros

los amarillos

los de piel terrosa ya habían sido llama

luego fueron ceniza

finalmente, polvo:

gemas de sílice y carbono

en el desierto

que desde entonces

contra el silencio

es necrópolis autoritaria

del insomnio.


(Active si desea escuchar este poema en la voz de su autor. Puede apagar el sonido del blog si éste interfiere con su audición)


Photobucket

4 comentarios:

  1. "gemas de sílice y carbono
    en el desierto
    que desde entonces
    contra el silencio
    es necrópolis autoritaria
    del insomnio."
    Muy buena imagen, Pedro.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Pedro, pedazo de poeta y de artista.Cada vez escribes mejor y me dejas con la boca abierta sin saber que comentarte. Me encanta
    tu originalidad, tu fuerza....
    Un abrazo grande.

    ResponderEliminar
  3. Huy, Pedro, bellísimo poema de sílice y carbono, como las gemas resultantes de las cenizas de ese conjunto multirracial de hombres. Un beso grande, mi querido amigo y te sigo leyendo, que veo que tengo varios poemas tuyos nuevos.

    ResponderEliminar
  4. Hoy es el día que he podido sentarme a leer a mis amigos y me encuentro con esta grata sorpresa. Me ha gustado. Da la casualidad que el otro día estaba escuchando a dos personas hablar sobre los animales que pueden ser sacrificados al señor y yo con mi cabeza en los astros. Gracias por tenerme en tus pensamientos, y por tan gentil dedicatoria en este poema increíble, profundo. Un abrazo grande!!!!!

    ResponderEliminar

A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND

Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.

Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.

Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.

¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!