(Con audio en la voz del autor)
He de llegar a ti, ¡oh, Dios!
no en la sangre ni en el filo de la sangre
sino en el verso
como escudo y como barca:
el verso que a ti
me acerca
el verso que en ti
me salva...
(Con audio en la voz del autor)
He de llegar a ti, ¡oh, Dios!
no en la sangre ni en el filo de la sangre
sino en el verso
como escudo y como barca:
el verso que a ti
me acerca
el verso que en ti
me salva...
A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND
Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.
Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.
Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.
¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!
Creo que en el fondo cuente eso, llegar a tu dios, el tuyo, no el que tratan de imponernos, como mejor lo haces, y tu con los versos lo tocas y tocas el alma de quien te lee.
ResponderEliminarUn abrazo.
Leo
Hay muchos caminos para llegar a muchas partes y también no buscar ningún camino es un camino. Bravo y breve, mi querido amigo. Abrazos.
ResponderEliminarLa poesía como medio para acercarse al origen de todo, quizás al demiurgo. Bello y profundo, Pedro querido.
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