(Con audio en la voz del autor)
Tengo
hadas furtivas
gnomos gruñones
y ágiles duendes...
Moran
en mi jardín
entre las flores
junto a la fuente.
Liban
néctar de azahares
que hacen fluir
abundantemente.
Polvo
de polen se untan
suave y dorado
sobre sus frentes.
Vuelan
y hacen piruetas
—como acrobacias—
mágicamente.
Tienen
alas de escamas
raudas sirenas
iridiscentes.
Una
viene y se posa
—sin meditarlo—
sobre mis lentes.
Habla
cuenta secretos
canta y recita
muy quedamente.
Con
el ocaso se aleja
sin despedirse
—rápidamente—.
Teme
a la noche galana
que entre sus tules
oculta dientes...
Que fantastico tener un jardin así, y que cruel parece esa noche que acecha a dentelladas. Gracias por la magia de hoy.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
Un presagio de abismo con tu particular lirismo. Un acecho que sobrevuela siempre muy cerca.
ResponderEliminarUn beso, querido Pedro.
Hola Pedro, cuanta magia y fantasía en estas hermosas letras.
ResponderEliminarHubo una época de niña que me fascinaban las hadas, pero las buscaba de noche porque creía que de día no se podían ver. Fantasías maravillosas propia de la infancia.
Besos
Tienen música tus versos, Pedro, este mundo encantado es siempre un lindo refugio donde quedarse y soñar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Leo
Un poema muy bello y colmado de magia, como los que a mi me gustan, un gusto leerte, otro abrazo, Roger
ResponderEliminarNo me extraña que en tu jardín haya de todo.Quien se te resiste?
ResponderEliminarBesos
¡¡¡Huy qué bonito!!! Y es incluso muy adecuado para los niños, muy de cuento de eso, de hadas...¡Ay esos jardines rebonitos cuidados con esmero! ¡Hay hadas, duendes, gnomos y setas vestidas de faralaes! ¡Olé mi niño cubano! ¡Muacksssssssssssss!!!
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