domingo, 23 de enero de 2011

Descalzo

(Con audio en la voz del autor)


Photobucket


(Active si desea escuchar este poema en la voz de su autor. Puede apagar el sonido del blog si éste interfiere con su audición)


En ti me pierdo.

Con mis dedos, te beso.

Con mis uñas, te exploro.

Con mis plantas blancas, te respiro.

Con mis poros, te siento.

Con mis venas, te escucho.

Con mis pies, ¡oh, Madre!

¡me estremezco ante tu grandeza de templo...!


Photobucket

Photobucket

6 comentarios:

  1. y al recitarlo tan bello haces que todos sintamos tus emociones y sentimientos, un besin muy grande de esta asturiana que te aprecia un montón por tu grandeza de alma, que tengas un felicisimo domingo mi niño que te lo mereces.

    ResponderEliminar
  2. Qué despertar tan maravilloso hollando tu tierra con mis pies...

    Hermosisímo, mi querido Pedro.

    Mil besos, guapísimo.

    ResponderEliminar
  3. Magistral canto a la madre naturaleza. Los que me estremecen, querido Pedro, son tus versos y tu forma de decirlos.
    Que te lleguen mis besos impregnados del largo camino; harán escala en tu isla y seguirán hacia ti.

    ResponderEliminar
  4. He esperado casi dos horas para poder leer tu poema, no se abría la página, pero valió la pena, me voy emocionado y aplaudiendo la inmensidad de tus versos.
    Un abrazo mi hermano.
    Le

    ResponderEliminar
  5. Bellas palabras a la Naturaleza madre, ala Naturaleza tierra y río...
    Me encantó.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Aunque llegue sin aliento, pero llego, y hoy llego para ponerme en esta otra orilla a maravillar contigo la grandeza de ese templo que nos cobija y nos da abrigo.
    Preciosa la manera de exaltar a la Madre Naturaleza, hermosa la manera de versar.
    Cojo aire, querido amigo, y me retiro a la otra parte del mar.
    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar

A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND

Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.

Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.

Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.

¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!