martes, 30 de agosto de 2011

Historia breve de un breve amor en la ex-Unión Soviética

Photobucket



Desde la ausencia de tu cuerpo

busco tus besos

escondidos

en los huecos de los zapatos,

en la condensación del sudor sobre mi frente

que antes bebían tus labios

en la intranquila erección del alba

que copula, intransigente

con el roce alentador

de la sábana

erigida en piramidal contorno

(latente silueta de fálico lirismo)...


Desde que te fuiste

son blancas mis noches

como los cielos de aquella que fue Leningrado

y hoy recapitula nostalgias en un San Petersburgo aterido

(gélida mejilla maquillada con ancianos balcones parisinos,

y silenciosos,

tullidos bulevares de nórdicos desasosiegos)...


Y me aferro al tronco de un sueño

para que no me arrastre la corriente de tu vacío sin salvavidas

y me aferro a la esperanza

de que morirse es como un viaje al centro de la tierra (a lo Julio Verne)

y nada más

y tú estarás allí,

recostado contra el cielo

(ascendiendo tu mirada

sobre las gradas del horizonte

escalando el volcán insomne

de mi nublado,

triste desvarío)...


Photobucket

Photobucket

5 comentarios:

  1. Nostálgico y hermoso, lírico y sensual, que arrastra al lector al centro de esa sugerencia constante que hace sentir tus versos.
    Muy bueno, mi hermano.
    Un abrazo fuerte.
    Leo

    ResponderEliminar
  2. Querido, a eso le llamo yo revivir pasiones en un poema donde abunda la nostalgia, la esperanza y sobre todo la belleza. Besos transoceánicos.

    ResponderEliminar
  3. Apasionado, dulce y melancólico, me ha encantado!!

    Abrazos Pedro!

    ResponderEliminar
  4. Poema que te transporta a esos tullidos bulevares que tan bien has sabido describirnos en un marco melancólico de eterna belleza y melancolía.
    Hermoso poema Pedro.
    Veo que tu isla sigue tan viva como siempre. :)
    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  5. Pense que estabas rompiendo corazones en Leningrado, pero este tema trae el recuerdo de una pasion muy grata, pero con la tristeza que deja la distancia y ese toque senxual que le sabes dar a muchos de tus poema, un abrazo Pedro.

    ResponderEliminar

A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND

Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.

Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.

Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.

¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!