viernes, 27 de mayo de 2011

Intimidades y Entornos XXIII: Cinco días después de Phoenix


He de renacer
cubierto de flores
como una primavera
consagrada y repentina
en medio
de un diciembre mudo
y blanqueado
de aburrimientos.

He de agitar los brazos
y volar
sin restricciones,
relanzando el vuelo
de Ícaro
sin quemar alas
ni caer
grávidamente
en ruinosos laberintos
redentores del eco.

He de ser
Minotauro,
Fama
y Arpía:
monstruo
coronado
para este tiempo.

He de ser ave,
nota sin límiites
que serene
de músicas
el cielo
ronco de truenos.

He de ser aire
y río
piedra y loma
mar y terso prado
anclados
en el desierto.

He de ser
pozo
y guía
mano y lengua
libro y velero.

He de ser
lo imprevisto.

He de ser
cuando pueda.


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