jueves, 1 de octubre de 2009

Apocalipsis



El sol es una

olla

vertida

sobre la tierra.


Hay que escupir

y mear el cielo

para limpiar

las huellas feroces

de esta lluvia de sangre

con reflejos de arcoiris

muertos

que cae, cae, y cae,

incesante y espesa

sobre ojos y espaldas

adoloridos,

sin piedad

con la fuerza de huracanes

reprimidos

y hambrientos.


Un pájaro enorme

viste

su vuelo de angustia

y el ocaso se desploma

(por siempre)

a la derrota

del cielo impasible.


2 comentarios:

  1. Un texto muy muy profundo querido pedro...un abrazo...

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  2. Gracias por tus palabras y gracias por venir de visita a mi Isla. Te espero nuevamente. Abrazos.

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A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND

Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.

Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.

Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.

¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!