miércoles, 7 de octubre de 2009

Oralidad


Photobucket


Esta hora es

la hora sedienta.


La luna se empina afuera

(diente clavado

en el vientre pubescente de la noche).


Aquí asomado

juego con tu origen,

cercenando el aire

saqueado de fragancias.


De amor me hablas

y amores te doy

—yo que desde esta incertidumbre

soy

una sombra más en tus sinuosidades,

un perfume:

una esencia entre tantas

de tus jugos que galopan

la cresta náutica de mi lengua—

a la deriva

en humedades que bullen

como mediterráneos maremotos

turbando la paz

de mis golfos nublados.


2 comentarios:

  1. Me encanta, palabras dulces con su puntito de picante una combinación peligrosa y tenntadora, muy muy tentadora.

    Besitos desde la oscuridad

    Espero serguir siendo tu musa ;)

    ResponderEliminar

A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND

Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.

Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.

Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.

¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!