viernes, 6 de noviembre de 2009

Oráculos



Mañana es hoy

más una esperanza.

Ayer fue hoy

menos una.


La remota silueta

de obeliscos en ruina

marcará

con sordo tempo

la astronómica circunferencia

de horas

cada vez más pálidas

y anémicas

en la ictérica

flaccidez

de pirámides resurrectas

en dorado espejismo

bajo el peso

asfixiante

de tercas dunas

lamidas de oro

en la ardiente soledad

de esfinges umbrías

y entonces

del vaivén azotado

en mareas del desierto

la callada letanía

detendrá

el galope de los siglos

entregándose

sin recato

ni recelos

a la depredación

ancestral

y mayestática

del silencio.


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A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND

Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.

Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.

Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.

¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!