jueves, 20 de agosto de 2009

El hombre de mis sueños

A papá.


Ahora

que entre tú

y yo

crece una selva

de recuerdos cortados,

lo que pudo ser

carece de importancia,

y lo que es

está demasiado distante,

como un paisaje desolado

pintando en la frescura efímera

de un oasis,

y quiero atrapar tu espalda ancha

que ahora se inclina,

y besar tus dedos

como copas

de árboles centenarios,

besando tu frente prolongada

en sufrimientos

y más sufrimientos,

por doquier,

a cada hora despierta.


Ahora

que como sillón vacío

meces la soledad de tus mediodías,

recibe

mi mensaje naciente y tardío

que nada puede

contra las mareas del tiempo,

ni los puentes destruídos de la distancia,

ni las cadenas rotas

de libertad comprada

y pagada

a precio de vida

y depreciación de la muerte.


Ahora que pienso.

Ahora que soy.

Ahora que florezco.

Ahora la selva interminable

de los recuerdos

cortados con el hacha

de una lágrima sin fin.