sábado, 10 de abril de 2010

Seducción de la calma

(Con audio en la voz del autor)


Photobucket


Calma noche

sin avatares ni retrocesos.


Me rapta

desde la calle

el perfume de alguna flor

lejana y aterida

en el creciente frescor

de acuoso, umbrío presagio...


Sé que se muere

y se hace el amor

en este preciso momento

que en una latitud

disímil

entona

su marcha de cohetes

y esteras mecánicas

el absurdo

putrefacto espectro

de la guerra.


No quiero

sin embargo

pensar en lacras

ni en hermenéuticas...


Quiero

indolente

saborear

el acto de no pensar en nada

de saber

que el crepúscuclo y la suave brisa

son cómplices

en el total abandono

de esta indiferencia

excelentísima

imperativa

primordial...


(Active si desea escuchar este poema en la voz de su autor. Puede apagar el sonido del blog si éste interfiere con su audición)


2 comentarios:

  1. Mi dulce y querido poeta, no imaginas cuanto me alegra ver tus comentarios en mi blog. Tu opinión siempre ha sido muy importante para mi. Besitos para mi cubano querido.

    P.D. Te deje un mail en tu correo.

    ResponderEliminar
  2. Excelente imagen has dejado hoy Pedro.Has pintado con palabras un momento que es como una ventana que permite descansar de todo bajo el consuelo de las sombras. Me gustó mucho el lenguaje que utilizaste, es muy elegante y cadensioso. Un abrazo amigo.

    ResponderEliminar

A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND

Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.

Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.

Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.

¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!