lunes, 14 de junio de 2010

Haiku de la erección en el cielo

(Con audio en la voz del autor)


Photobucket


Hace el amor

el ángel —que en el cielo

pasiones bullen—.


(Active si desea escuchar este poema en la voz de su autor. Puede apagar el sonido del blog si éste interfiere con su audición)


Pedro F. Báez-May 2010

7 comentarios:

  1. Los ángeles suelen pintarlos asexuados pero esté que nos traes le sobra pasión.
    Creo que el cielo sin sexo no sería cielo. Creo..

    ResponderEliminar
  2. Si el cielo es tan paradisíaco como lo pintan tiene que haber sexo sí o sí, porque sino vaya porquería de paraíso, ¿no? ;)

    ResponderEliminar
  3. Nos planteas un paraíso más bien terrenal, en verdad no sabemos cómo es, en fin, me gustó el haiku.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Hola Pedro, bello el haiku que nos regalas

    Si no hubiera amor
    Tierra y cielo no habría
    Tan solo dolor

    Abrazo sincero

    M. Ángel

    ResponderEliminar
  5. Creo que le hará bien a los ángeles la pasión, tanto como nos hace bien a nosotros. Seguro. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Siempre haces unos haikus hermosos y muy interesantes. Lástima que puedo entrar pocas veces a comentar.

    Me resulta difícil entrar en tu isla. A veces me dice que necesito páginas adicionales...
    Yo no entiendo.

    Siempre gracias por tus halagadoras palabras.

    Un abrazo. Soco

    ResponderEliminar
  7. Queridos, todos. Si no hubiera pasión en el cielo, en el paraíso, sería entonces un lugar demasiado diáfano y aburrido. Según leyendas antiguas, los ángeles son capaces de tener sexo y de hecho, supuestamente se mezclaron con las "hijas de los hombres". Leyenda o no, es fascinante pensar que en el cielo también se pueda hacer el amor y con un ángel, nada menos... Besos.

    ResponderEliminar

A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND

Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.

Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.

Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.

¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!