(Con audio en la voz del autor)
Asido
a las crines de un beso
galoparé despacio
la extensión de tu deseo...
Exploraré tu alma
meditaré en tu aliento
y ya cuando no pueda
avanzar más por tu cuerpo
desmontaré desnudo
—enardecido y enhiesto—
buscando en tus oquedades
nicho y paz para mi fuego.
El otro día pedí tu consejo para elegir un poema que debía recitar.
ResponderEliminarTú no sabes cuál elegí, pero, fíjate las casualidades...
OQUEDADES
Píntame en un lienzo vacío
traza mi silueta con tus dedos
llena de colores mis oquedades
y luego...
...hazme verso.
Genial, tu poema, Pedro...me ha encantado...
Un poema muy evocador.
ResponderEliminarDice mucho y bien.
Un abrazo, Pedro.
En pleno verano y con el calor que hace y tú, amigo Pedro, añadiendo más décimas a las altas temperaturas. ;)
ResponderEliminarMe encanta me encanta me encanta.
ResponderEliminarPrecioso, precioso, precioso.
No se cómo oirlo con tu voz.
Muchos besos poeta de los poetas.
Hola Pedro, aquí leyendo y disfrutando de este lindo poema que nos regalas.
ResponderEliminarabrazo sincero
M. Ángel
Hola, gracias por tus poemas y también por acercarte a mi blog y comentar.
ResponderEliminarsaludos
Cálido y sensual como los vientos de tu isla...explícitamente sexual, con la fuerza de ese semental al que alude tu hermosísimo poema y la ilustración que lo ornamenta. Y es que la pasión amorosa es el auténtico paraíso en la tierra, no hay nada que se le pueda igualar.
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