viernes, 22 de octubre de 2010

Haiku de un escándalo balletístico en París

(Con audio en la voz del autor)



Vaslav Nijinsky

masturbóse en la siesta

—poseso fauno—.


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(Active si desea escuchar este poema en la voz de su autor. Puede apagar el sonido del blog si éste interfiere con su audición)


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2 comentarios:

  1. Me parecede que va el tema y me parece de mal gusto. Pero ya no se sabe que es de buen gusto o que no es. La gente desvaría.Un abrazo

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  2. Ay, Pedro, cariño, no he logrado ver el vídeo, porque se me cortaba todo el tiempo. A veces me pasa con algunos vídeos de Youtube, no sé si es cosa de mi navegador o del propio vídeo. Y me he quedado con las ganas...¡jooo! Mira que en mi anterior poema, (en ese en que mataba hasta al apuntador, que los que no morían por sí mismos, como Isolda, me los "cargaba" yo, jijiji), me acordé del dichoso fauno y ahora vas tú, me lo traes de la mano o mejor dicho, de las piernas del sin par Nijinsky, para colmo, haciendo de las suyas...y nada, que no logro verlo. Bueno, morbo aparte, el haiku está genial y me has recordado los ballets de Diaghilev, con su amante Nijinsky, el mejor bailarín de todos los tiempos, con la Pávlova, otra igual, y también a mi adorada Isadora Duncan, toda una revolucionaria de la danza. Me has dado una idea para mentar a la Duncan en uno de mis poemas...Un beso bien fuerte, mi niño poeta!! Y no me voy, te sigo leyendo...

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A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND

Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.

Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.

Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.

¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!