miércoles, 26 de enero de 2011

Balada de Luisa Antuña

(Con audio en la voz del autor y música de fondo)


María Luisa Antuña


Camagüey, Cuba, 1929 - Miami, U.S.A., 2011


A ti, querida Luisa (inolvidable; insustituible Yiya Matraquilla), que fuiste fiel amiga y a ratos, madre. A ti, Yazmín, que eres mi hermana desde siempre, por tantas razones y por tantos momentos compartidos... A ti, Jorge, que eres como un hermano, pequeño y frágil, aunque seas hombre.


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(Active si desea escuchar este poema en la voz de su autor)


Viene el adiós desde adentro

desde ese rincón sagrado

donde el amor muerde las riberas del miedo

y la calma se hace lava que desemboca en los ojos

y el corazón abandona el pecho

para dejar un cráter de ausencia

que no consiguen llenar ya nunca

ni océanos ni terremotos ni tiempo...


Renuncio hoy a la tristeza

para recordarte en lo soberano de tu risa

en tu voz alta y sonora de mujer fuerte

de cubana recia

de camagüeyana que parió sus hijos

frente al parque de la iglesia

con Yazmincita y sus bucles de oro

y Jorgito breve y sus piernitas

de Pinocho pálido...


Renuncio a llevarte en el recuerdo

con el rictus final de la desesperanza

desleída en silencios intranquilos

y en los sopores aliados de la morfina que te sueña.


Te llevo, en fin, en brazos

apretada contra el pecho

como quien lleva a un niño o una niña

recién nacidos y tiernos...


¿Y por qué no

si en este instante eres

renacida al tiempo

y a la eternidad de la memoria?




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6 comentarios:

  1. ¡Qué hermosura, este recuerdo, como debe ser: de vida, no de muerte!
    Besos compartidos.

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  2. sin duda hoy compartios sentimientos parecidos en las ausencias y tu lo haces de manera magistral, como siempre. Un gran abrazo.

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  3. Hola Pedro, no hay ausencias ni vacíos cuando los sentimientos y los racuerdos son tan vivos y profundos
    Abrazo

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  4. Gracias Pedro! Con tu homenaje me acariciaste el alma, que forma más buena de recordarla.

    Un abrazo inmenso para ti

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  5. Tus versos son una caricia a la vida, porque recordar así es perpetuar la vida de quien se ha querido.
    Gracias por estos versos, mi hermano.
    Un abrazo.
    Leo

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  6. Es una belleza este poema de despedida. Siento la pérdida.
    Un abrazo, Pedro.

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A TODOS LOS NAVEGANTES Y NÁUFRAGOS QUE ARRIBAN A PEDRO’S ISLAND

Quien llega a esta Isla, llega exhausto: vapuleado, cuasi-ahogado, confuso; luego de haber navegado o naufragado a contracorriente y de haber escapado las fauces hambrientas del océano inmenso y su profundidad alucinante de cristal, espuma y sombra.

Gracias por tener fe en el horizonte. Gracias por perseverar.

Descansa en estas playas y siente que has llegado, finalmente, a donde perteneces desde siempre. Te ofrezco, en recompensa de viaje y por tu denodado esfuerzo, todos los secretos, la paz y la magia de este paraíso que de este momento en adelante, es también tuyo.

¡Bienvenidos, damas y caballeros, a Pedro’s Island!