Cuba:
eres
sin proponérmelo
el más monumental
de mis poemas.
Te veo morir
con los ojos del artista
que pinta la agonía materna
hundiendo los sentimientos
en la paleta
de colores que huyen.
Me asomo a ti
sin contemplar tu llanto
que ha sido mío
(pobre ensueño de pueblo embrujado)
y sólo quiero ver
lo que mis ojos registran,
guardando el corazón
en el hueco tronco
de mis palmas
que se fueron conmigo.
Cuba:
si no te amara
ya habría muerto,
sepultado en el verde desecho
de los dólares;
me habría tenido que arrancar
los ojos
cegado all brillo
de las rubias cabezas;
habría tenido que tragarme
toda la sal y toda la arena
de este mar sintético
de leyendas desnudo.
El más monumental
de mis poemas.
El más hondo.
El más triste.