Mañana habrá un lamento
en tus sienes dormidas
y una corona de agua
imperfecta
saltará cabello abajo.
Preguntarás
a dónde te has ido
y contigo
esos pensamientos afónicos
que se tragan
con un beso amargo.
Verás otro brillo
en las cuencas ajadas
que detienen un grito
perdido en la penumbra
de los tímpanos mudos
y la geografía de tu frente
delatará
la existencia viajera y fugaz
de genialidades
y pasiones pretéritas.
El aura loca
cargará
un presagio de flores
con olor a descanso
y un llanto viejo
nacerá
a la frescura del tiempo.