(Con audio en la voz del autor)
Junto al río
la senda nos conduce
al secreto edén
de nuestros cuerpos
al ávido disfrute
de nuestras bocas
al mutuo sabor
de nuestros sexos.
Lavaremos
después
toda la lujuria
y limpios
como niños
volveremos
para amarnos
una vez más
a orillas del río
que acaricia
con lengua de agua
nuestra senda.
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