En el tercer aniversario de tu partida, madre.
Contribuyo al mar con lágrimas
y a la brisa, con frescor de llanto...
Lame el sol mi tristeza
y se extiende sobre el horizonte
un abanico de airado silencio.
Colecta el tiempo esqueléticas algas
y crustáceos hechos polvo
contra el nácar del recuerdo.
Sobre la playa de tu ausencia
muerden las olas los dientes de la rabia
contenida en burbujas de espacios muertos
y cuencos de paciencia y sílica.
Te extraño, pero estás conmigo:
somos un mismo espejismo
sublimándose sobre la arena...