(Con audio en la voz del autor)
Entra Cleopatra a Roma
sobre carroza de bridas testiculares:
altiva, arrogante, regia, displicente
sin indicio
ni vestigio
de culpabilidad
ni acrofobia...
Su mirada desde un punto indefinido
racionaliza indolencia
sociopatía
derroche.
Es reina y diosa:
le sobran abolengos.
Puede
porque simplemente
es de mil maneras
divina.
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