(Con audio en la voz del autor)
Entre pierna y pierna
de la noche infecunda
pende fláccida e impotente
la imperceptible sombra del silencio
atrapada en el prepucio retráctil
donde resguarda la suavidad de su glande
la crisálida del tiempo...
Hastiado
—eyaculado de intenciones—
masturba siglos ya distantes y decesos
montando
décadas y fechas imprecisas
en franco desafío al matriarcado del útero
que reclama sísmicas
sucesivas
cíclicas
penetraciones
desde su verticalidad
hipotecaria y usurera
que priva al pubis de hirsuta sonrisa
y lanza al mundo
al caos de las efervescencias:
a la guerra rapaz de cuerpo con deseo
a la nuclearización pendular de los ovarios
deshechos en la amniocentesis
que extrae cigotos homicidas
sin paternidad
ni puntos de orígenes
discernibles.
Nace abominable
la esperanza:
bastarda hija de eunucos sicofantes
y antiquísimas
palúdicas rameras...
— alma mater de lúdico preludio;
dominatrix amantísima con látigos de exquisita calma—:
summa cum laude en precario ejercicio
de manos asidas a lúbricos tobillos
en perentorio, sórdido balance
de cuadrilátera
cuadrúpeda arquitectura.