(Con audio en la voz del autor)
Dedico este poema a la Santísima Virgen de Regla (sincréticamente, Yemayá), Reina de la Bahía de La Habana, en su día. Casi se me olvida, madre... Perdona.
Tiene mi Cuba amada
anocheceres de ensueño
arcoiris de nostalgia
madrugadas de silencio...
Flotando en la geografía
de su mágico archipiélago
recibe a quienes naufragan
con cielo y playas abiertos.
Si llegases a sus costas
botellita de los vientos
decidle que en esta isla
se recuerdan sus portentos.
Decidle que por las noches
se respira el aire fresco
que alado nos llega limpio
desde aquel punto del cielo.
Decidle que ya hacia el alba
a la luz de los luceros
se ven bañar las estrellas
desnudas del firmamento.
Decid por último a Cuba
que guardamos con desvelo
un barco con velas blancas
como las alas de un sueño.
Llegó bregando en las olas
contra olvido y contra tiempo
refugiándose en las aguas
más tranquilas de este pecho.
En ese barco esperamos
regresar, en su momento
a "la tierra más hermosa
que ojos humanos vieron" 1.
1Palabras de Cristóbal Colón a su llegada a Cuba el 27 de octubre de 1492