Queridos amigos:
Aseguro que no tengo Alzheimer's, no estaba pasado de tragos, ni padezco demencia. Tampoco están ustedes chiflados o viendo y escuchando doble de propio albedrío. Sucedió, simplemente, que estaba agotado después de casi tres días de intensas actividades y fortísimas emociones. Y todo ello, casi sin dormir...
Olvidé en el transcurso de mi conversación con ustedes que había recitado el poema para abrir nuestra cita (había grabado cuatro videos anteriores que no me dejaron satisfecho) y lo repito al final, tal como lo había planeado en las tomas anteriores, sin siquiera sospechar que en esta toma final, yo lo había declamado... ¿Principio de chochez?
En cuanto al retraso en subir esta entrada (ya estoy de regreso desde hace algunos minutos en Los Ángeles): la conexión a internet del hotel no era de las más rápidas y me hubiera llevado horas subir este corto video a la página.
No me arrepiento, sin embargo. Todo sucede por razones necesarias, justificadas y mucho más allá de nuestra propia voluntad.
Los quiero a todos.