(Con audio en la voz del autor)
Somnífero pasado
que parapetado
atisba
guardando en su ilusión
vaga
perpetua memoria.
Aumenta
con cada presente
la liturgia de su rito:
dogma de tiempo y vano empeño
derrota
de la nostalgia
triunfo
de anoréxica melancolía
hambre
de ayeres
remotos
sed
de escenarios inexistentes
mudo
aplauso
de la vida
y su discurso
rumor lejano de amnésicas
diletantes, esotéricas
bambalinas
suspendidas al hilo
de una tramoya
inexorable
como ahorcados
de un linchamiento
macabro, abominable
sin pretexto.
¿En qué lugar
de qué parnaso
está mi nombre?
¿En qué hemisferio
de mi mente
conspira el hastío?
Sobre la mesa
un ansiolítico se suicida...
A su lado
el vaso de onirismos
está vacío.
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