He de renacer
cubierto de flores
como una primavera
consagrada y repentina
en medio
de un diciembre mudo
y blanqueado
de aburrimientos.
He de agitar los brazos
y volar
sin restricciones,
relanzando el vuelo
de Ícaro
sin quemar alas
ni caer
grávidamente
en ruinosos laberintos
redentores del eco.
He de ser
Minotauro,
Fama
y Arpía:
monstruo
coronado
para este tiempo.
He de ser ave,
nota sin límiites
que serene
de músicas
el cielo
ronco de truenos.
He de ser aire
y río
piedra y loma
mar y terso prado
anclados
en el desierto.
He de ser
pozo
y guía
mano y lengua
libro y velero.
He de ser
lo imprevisto.
He de ser
cuando pueda.