"Este poema para mucho después, Pedro. Antes, la vida".
E.
No quiero homenajes póstumos
que encierren un beso de mármol
ni las ahogadas palabras
de brillantes oradores sin fin.
No quiero la tardía caricia
de la gloria prostituída por la muerte
ni el lamento de negros velos
cubriendo rostros ajados
con olor a ungüento de años.
No quiero lápidas solemnes
con inútiles epitafios
que sólo evocan ayer
y siempre
sin mañanas
ni luces venideras:
tristes lápidas de silencio
en último reposo.
No quiero biografías maquilladas
ni críticas conciliatorias
que se deslían
en una lágrima ausente.
No quiero gestos de melodrama
ni suicidios de papel y rayo láser.
No quiero seguidores vehementes
ni detractores de implacable celo.
No quiero tierras prestadas
ni sermones absurdos
que traicionen
mi fe más limpia.
No quiero
partir
sin legado.
No quiero
morir
en silencio.