(Con audio en la voz del autor)
Bebí del mar y su sal
buscando
el sabor
de tu cuerpo.
Tragué piedras
queriendo
saciar
la gangosa antigüedad
de mi hambre.
Libé tu sangre
ilusionado
de que en mí
tu amor renacería.
Maldije el cielo
cuando supe
que te habías
ido
para siempre.
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