(Con audio en la voz del autor)
Entre las copas
de los árboles
en concierto
entona
un aria de allegros
la invisible
organza
del aire.
Trina la mañana
y con ella
un coro
de turgentes
polifónicas gargantas
desde
el verde orquestal
que sicalíptico
vibra.
Sube
vital
el himno:
liturgia y ofrenda
del día
pubescente y risueño
a la estación
que
sin pudor ni recelo
se baña
desnuda
y displicente
en el lago de las horas
de manos del tiempo.
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