— I —
(Versión aumentada con música e interpretación de Alfonso Baro)
Voy a inaugurar esta sección dedicada a poemas míos musicalizados por el gran compositor e intérprete español Alfonso Baro (ya van seis, con éste), haciéndolo a la inversa; es decir: la inauguro compartiendo con ustedes la última creación musical que ha hecho el querido y talentoso poeta, músico y cantautor gaditano de mi poema El cartero vendrá desde Andrómeda.
Alfonso me pidió que para el propósito de la canción, aumentara las tres estrofas originales del poema. Así lo hice de inmediato, pensando en él como 'ese otro poeta de otro planeta', que se inspira en mis versos para componer su canción de amistad, trascendiendo distancias físicas y todas las barreras culturales y personales posibles (después de todo, median galaxias y tiempos por medio), para hacerme este precioso regalo musical que hoy comparto y someto a consideración de todos ustedes.
Quien quiera saber del talento a puñaos de Alfonso Baro y su numen extraordinario, tiene que experimentarlo en todas las múltiples y variadas facetas de su asombroso y dinámico quehacer personal y artístico. Quienes no puedan, como yo, ir a verlo personalmente, dar de sí, sin límites, junto a sus amigos y compañeros integrantes de El fuego de la utopía o de La Media Luneta, asómense entonces a su mundo fascinante de poesía, realidad, crónicas personales y música al visitarlo en su página Desde mi azotea.
Alfonso, hermano querido, de tu mano vuelvo a creer y a tener fe en la utopía de tus sueños.
Alfonso Baro, durante una presentación reciente
Foto © Alfonso Baro
(Tomada de Desde mi azotea)
Entre pilares de aire
y bóvedas de clorofila
mi religión es el agua
y su liturgia, la vida.
Cuando contemplo en silencio
el cielo que negro brilla
la noche revela arcas
secretos y fantasías.
Quizás no estemos tan solos
quizá desde allí nos miran
tal vez, tocando una estrella
me toque otra mano un día.
Tal vez otro poeta haga
desde aquel mundo la cita:
canción para las esferas
que en estos versos se inspira.
Llega el cartero con cartas
de sideral lejanía
en sobre lleno de estrellas
y cometas que gravitan.
Tu mano en mi mano blanca
no sé si es verde o es lila:
lo importante es que tu mano
me estrecha tibia y amiga.
Poetas desde dos mundos
soñadores que conspiran:
cantadores de galaxias
de planetas y sus prismas.
Te regalo en mis palabras
este poema de antípodas:
¡en esta fiesta del aire
brindemos con clorofila!