(Con audio en la voz del autor)
Oro negro para sellar
con avaricia
los ojos de la cara
y el invidente
ojo de las inmundicias.
Oro negro para comprar
poderes y potenciar
la ignominia
que no respeta
fronteras
ni se detiene a pernoctar
en la escuálida hambruna
de un niño.
Oro negro
para esmaltar
con oro amarillo
las dentaduras inútiles
de muertos fallidamente
tercos
e innecesarios.
Oro negro
para ahogarnos
como merecemos
sin respirar ni poder
abrir las branquias
bajo el agua
inoculada
de ambiciones
y estupidez
impoluta.
Un solo animal
que perezca
vale más
que todos los artífices
—por antonomasia—
de negra muerte
que aguarda
a estas criaturas
indefensas...
Tal vez sería
oportuno
que rotara
sobre sí mismo
el planeta.
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