Me entero hace unos minutos —con incrédulo estupor y sincero, profundo pesar— que ha muerto uno de los pilares musicales de la América Latina más auténtica: La Gran Mercedes Sosa.
Pérdida enorme, irreparable para la cultura argentina y latinoamericana. Recuerdo sus recitales en La Habana y luego aquí en Los Ángeles, en UCLA y tengo dos CD suyos que contienen lo mejor de su extensa obra interpretativa y autoral. Se va con ella el rostro indígena más genuino de la hermana República Argentina y uno de los máximos exponentes del movimiento de la Nueva Canción Latinoamericana que tuviera su cenit en la década de los años '70.
De todas las versiones interpretadas y grabadas, nadie cantó como Mercedes Sosa esta bellísima y aún vigente página del cancionero latinoamericano con letra de Armando Tejada Gómez y música de César Isella:
Canción con todos:
Salgo a caminarpor la cintura cósmica del sur,
piso en la región,
más vegetal del viento y de la luz;
siento al caminar
toda la piel de América en mi piel
y anda en mi sangre un río
que libera en mi voz su caudal.
Sol de Alto Perú,
rostro, Bolivia, estaño y soledad,
un verde Brasil,
besa mi Chile, cobre y mineral;
subo desde el sur
hacia la entraña América y total,
pura raíz de un grito
destinado a crecer y a estallar.
¡Todas las voces todas,
todas las manos todas,
toda la sangre puede
ser canción en el viento;
canta conmigo canta,
hermano americano,
libera tu esperanza
con un grito en la voz!