Duerme en el bosque
oscuro la semilla
ávida de luz.
Ida lluvia de suave caricia
y vaporosa memoria.
Sol arriba
— cálida retribución
de renovados despertares—.
A mi lado
eres tú
el astro central
de mi parco universo
de ígneas neuronas
y dendritas siderales
fundidas en terco abrazo
de monolítica sinuosidad
en orgánico
opalescente gris
que medita
duda
y crea.
Mientras
a la izquierda del hemisferio
geográfíco
de mi cuerpo
ancla
en sanguíneo pentagrama
el rojo velero
que sin surcar
transita:
desde allí
expandes al horizonte
tu vampírico imperio:
tirano amor
que como un virus
debilita.