Nadando
en las palabras
que son fuentes;
garganta y oídos
ensartando
la sucesión de gotas
divorciadas
en la atmósfera
de mi ojo
—gota más
de marásmico,
sucio elemento—.
Trago y trago
el vestigio sideral
de espirales
clavadas
en mi lengua
como sacacorchos
—como anzuelos—
en mi lengua
pisciforme
y blanda
—asomo dolido
que acallan
esas cuentas
en surtidores
que llamamos
palabras—.