lunes, 28 de febrero de 2011

14 preguntas para una bella de 80

Hoy cumple Ela Lee (nacida Ela Planes García; La Habana, Cuba, 28 de febrero de 1931) 80 años.


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Foto © Pedro F. Báez


Los que la amamos, los que la conocemos, los que tienen el privilegio de ser parte de su entorno, la llamamos Macuca, apodo que la acompaña desde la infancia sin madre y en el seno de una familia española residente en Cuba que la acogió y estampó su formación más temprana.


Hace dos semanas, con motivo de la ocasión que se aproximaba, le pedí que me hablara de ciertos aspectos de su vida y de su trayectoria como mujer, como escritora y como promotora de la cultura hispana en Los Ángeles.


De ese encuentro en un restaurante de comida peninsular (disfrutando de una muy buena y fragante paella mixta; no podía ser de otra forma) surgieron estas catorce preguntas que invitan a tantas respuestas como años y vivencias tiene la extraordinaria mujer que las responde.


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Foto © Pedro F. Báez


— ¿Cómo te sientes al cumplir 80 años?


— Como si tuviera 20, sólo que a veces el cuerpo no te acompaña como antes.


— ¿Qué has aprendido en estos 80 años?


— A no esperar nada de nadie ni del mundo. A dar. Uno da sin esperar nada. Si te llega algo en reciprocidad, bienvenido sea, pero hay que dar sin ningún tipo de expectativa.


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Foto © Pedro F. Báez


— Intelectualmente, ¿qué ha marcado tu vida?


— Mi amistad y relación con los dos Octavios que pasaron por mi vida: Octavio Paz, el mexicano, y Octavio R. Costa, el cubano, ambos fallecidos ya, obviamente, pero de los cuales aprendí mucho y los cuales tuvieron en un tiempo gran influencia sobre mi labor como escritora y periodista y sobre mi visión del mundo. He cambiado en algunos aspectos desde entonces, pero aún los recuerdo con cariño, y les debo.


— Qué te ha marcado, emocionalmente?


— ¡Ah...! Esa es una pregunta de gran envergadura... Me han marcado muchas cosas, emocionalmente.... unas buenas; otras no tan buenas... pero creo que la muerte de mi padre marcó un antes y un después en mi vida... Salir de Cuba en 1966 también me marcó profundamente. Luego la muerte de mi hermano Lucio y hace poco, mi hermano menor, Felipe... Y desde luego, la muerte de mi sobrino menor, causada por el SIDA... Terrible... terrible esa enfermedad... En lo positivo, mi esposo me acompaña en la vida desde hace más de cincuenta años... Estoy viva y puedo moverme y pensar y razonar aún con total claridad y absoluto dominio de mis facultades... Visitar Cuba, lo que no hago desde 1997, siempre me marca, para bien y para mal... Cuba, mis recuerdos allí y su ausencia tienen gran peso en mi vida...


— Cuba nos da oxígeno y Cuba duele...


— Sí, me siento rejuvenecida pero muy triste cuando estoy allí. Por los cambios; por los cambios terribles que han transformado todo y no para bien de la gente que vive en ella. Además, tengo allá tantos muertos como aquí. Mi pasado allí está muerto. Eso me desalienta; me hace sentir vieja y vencida, a veces; como que no tengo nada más que hacer sobre este planeta. Pero entonces, miro el mar; me diluyo en el Caribe que aprieta al Malecón con brazos de salitre, confundiéndose con el cielo y entonces me transformo y soy feliz; inmensamente feliz respirando y sintiendo a Cuba en todo mi cuerpo y en mi entraña... Mejor no sigo; me vas a hacer llorar...


— El Liceo Internacional de Cultura, organización cultural que creaste en 1985 ha pasado por una metamorfosis radical que en este momento lo mantiene un poco en animación suspendida; como en crisálida. ¿Qué ha pasado?


— El Liceo, como toda entidad viva, ha pasado por una evolución y en esta etapa, le toca descansar, rehacer energías, nutrirse de otras ideas, de otros elementos creativos, de otras generaciones. Pero sigo, por ejemplo, con mi columna semanal en el semanario 20 de mayo, que es realmente una ventana al Liceo, y de cierta forma, las branquias del Liceo respirando por ese conducto los acontecimientos y las realidades actuales; lo del momento...


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Foto © Pedro F. Báez


— ¿Esperas aún algo de la vida?


— Morir tranquila y sin dolor, cuando me toque y si es posible, ver a Cuba libre antes de eso.


— Usas mucho a la muerte como metáfora y como punto de referencia..


— Ha sido mi compañera desde siempre; no sé por qué. Me impresiona pero a la vez, me produce gran reverencia e incluso, paz. Me dijeron en una ocasión que soy hija de Oyá, la Reina del Cementerio, en el sincretismo afrocubano...


— ¿Cuántos libros tienes publicados?


— Un poemario y una novela*.


— ¿Algo más en perspectiva?


— Preparo una compilación de todos los cuentos ganadores de la serie de concursos Querido Borges, que auspició el Liceo hasta hace poco...


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Foto © Pedro F. Báez


— Autores de gran calidad y de todas partes del mundo....


— Sí. Una calidad extraordinaria... Ganadores y accésits de Australia, España, Alemania, Argentina, Cuba, Estados Unidos, por sólo mencionar los que vienen a la mente en este momento... El Querido Borges marcó, tanto com el Liceo mismo, un hito en la historia cultural de Los Ángeles. No hay nada que se le asimile o lo haya superado hasta el momento, creo que en todo Estados Unidos, en lo referente al estímulo a la cuentística a un nivel internacional tan amplio y con tanta calidad.


— ¿Escribirás tus memorias?


— No creo. Soy fiera y herméticamente privada. Mi intimidad me pertenece a mí y a nadie más.


— ¿Amas todavía?


— Amo. Nunca he dejado de amar, aunque a veces todo eso del amor y los sentimientos me perece estúpido, por las complicaciones, los intereses y las ataduras que va creando...


— ¿Cómo te gustaría que terminara esta entrevista?


— Diciéndole a la gente que aún me siento viva, con ganas de reírme y con la capacidad de soñar y de ser joven por dentro.


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Foto © Pedro F. Báez


*Los libros de Ela Lee pueden ser adquiridos en Amazon.com:


Los viernes lloro, y el sábado sale el sol


Mañana en Los Ángeles





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viernes, 25 de febrero de 2011

Diálogo entre el poeta y la modesta amiga

(Con audio en la voz del autor)


A Elvira Daudet: amiga, inspiración, pauta...


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(Active si desea escuchar este poema en la voz de su autor)


— ¿Por qué sigues

mi sendero

si yo misma me he perdido?


— Porque tus pasos

trillaron

el amplio cauce de un río.


— ¿Por qué me llamas

tu faro

si casi ni a ver atino?


— Porque tu luz de galaxia

alumbra

eclipsando el mito.


— ¿Por qué me alabas

si apenas soy la resaca

de un tiempo ido?


— Porque no puede

la sombra

contra el rescoldo encendido.




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miércoles, 23 de febrero de 2011

Pequeño homenaje póstumo a Orlando Zapata Tamayo

(Reposición con nuevo audio y el Himno Nacional de Cuba, de fondo. Esta versión del himno fue grabada hoy directamente de una emisora de radio cubana. Es el mismo himno que oyó Tamayo tantas veces, y como él, todos nosotros, los de adentro y los de afuera.)


Hoy se cumple el primer aniversario de la muerte de Orlando Zapata Tamayo, víctima de la dictadura cubana y de la carencia de libertad, derechos civiles y mecanismos de protección del ciudadano cubano frente a los desmanes y arbitrariedades del régimen totalitario, obsoleto y cuasi monárquico desde el cual ejerce su nefasto poder Fidel Castro (Raúl es sólo otro rostro del mismo esperpento) sobre los destinos de Cuba desde 1959.


Foto © Orlando Luis Pardo Lazo


(Active si desea escuchar este poema en la voz de su autor)


Tolero y perdono casi todo... menos la crueldad.


No te mató el hambre

sino el oprobio.

Pierde una madre

su hijo.

Acoge Cuba

otra entrega.

Se nutre

con tu nombre

la Historia:

Orlando Zapata Tamayo:

negro

acusador

y hermoso

frente al tirano

que tiembla...




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martes, 22 de febrero de 2011

Juegos y refracciones

(Reposición ahora con audio en la voz del autor y música de fondo)


Cuando creé este poema, no la conocía. Tal vez la presentí, no obstante. Para Paloma Corrales, esta reposición de hoy.


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(Active si desea escuchar este poema en la voz de su autor)


Paloma.

Palo.

Palomar.

Palo.

Mar.

Paloma

sobre el palo.

Paloma

sobre el mar.

Palo

de mar

para paloma.

Palomar

de palo.

Paloma

palo

y mar.




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domingo, 20 de febrero de 2011

La luna de Étienne

(Reposición ahora con audio en la voz del autor. De mi Poemario Insomnia, 1988)


Dedico hoy este poema, a Taty Cascada y Amelia Díaz



(Active si desea escuchar este poema en la voz de su autor)


Suspendida sobre París

hay una luna extraña

que los poetas no ven;

una luna

con astas de toro,

como traída de España:

negra luna de aspavientos

y lágrimas secas

que pende lánguida

y se baña en las aguas

de un Sena difícil.


El Louvre

no conoce

esta luna extranjera

que en las madrugadas

baja

a cabalgar

en las fuentes de Versalles,

galopando sobre las aguas

con la siniestra sombra

de un espectro vital.


Los hombres

que venden y beben vino

y las coristas anónimas

la miran pasar

en la forma

de una prostituta

y los ministros

y los embajadores

y los turistas de los Campos Elíseos

la creen

una exótica celebridad

de cabellos opacos.


Étienne la conoce.


La saluda cada alba

con sus manitas

manchadas

de tinta de Le Monde;

cada mañana

en un romance nuevo

que huele a cieno

y naranjos en flor.


Van las dos

atravesando

los arcos

y las plazas convulsas

mientras París lanza un bostezo

de gente que anda al Métro

y a las compras de cada día.


Los pintores se levantan

y los huelguistas van

al escándalo inmemorial,

y cuando los aviones

vomitan turistas

sobre los museos

y las avenidas

la luna de Étienne

les tiende

una guía de la ciudad.


No hay

una sola flor de lis

en todo París

y los escudos

y las fachadas ancestrales

se deshacen

en la ignominia

de los borrachos insomnes.


Al apurarse la noche,

se despiden.


Ella va a hacer

su función absurda

que los pintores no dibujan

que los poetas no ven

que los falsos gitanos

no cantan.


La luna de Étienne.


El alba llega

y con ella

la nada.


La cita rota

aborta

la última terneza.


Las manos de Étienne,

sus manos,

vacías.


Su luna ha muerto

ahogada

en un eclipse

de indiferencia

y olvido.



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Mi foto
La Habana, Cuba, Los Ángeles, Estados Unidos
Nacido en La Habana, Cuba, el 3 de diciembre de 1960. Emigra a Estados Unidos en 1980, a través del éxodo masivo de Mariel. Ganador de numerosos concursos de poesía, literatura y ensayo en Cuba y Estados Unidos. Publica su primer poemario, "Insomnia" en 1988, con gran acogida por parte de la crítica especializada y el público. Considerado por críticos y expertos como uno de los poetas fundamentales y representativos de la llamada Generación del Mariel junto a Reinaldo Arenas, Jesús J. Barquet, Rafael Bordao, Roberto Valero y otros.