(Con audio en la voz del autor)
No es fácil
aprender a vivir
todos los días.
Abrir los ojos.
Despertar.
Levantarse
apoyándose en los codos
moviendo las piernas.
Pensar
que no fue un sueño.
Que ya no estás.
Que te fuiste.
En el café veo tu rostro
y en su aroma presiento
tu sonrisa.
Me diste vida
y a ella me entregas.
No queda otro camino
que continuar
viviendo.
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