(Con audio en la voz del autor)
Hemos estado en estos últimos días un poco serios y agobiados, con noticias desagradables y conmemoraciones de fechas solemnes que llaman a la reflexión e invitan a la tristeza y la melancolía. Quiero casi-despedir este primer mes de otoño con algo más alegre y jocoso, que nos haga reír, reírnos de nosotros mismos y sonrojar, para sentirnos vivos.
Declamo este poema mío (al final, después de la estampa en video que ilustra esta entrada) ambientándolo no sólo con el acento popular más genuino de La Habana (existen diferentes acentos coloquiales dentro de Cuba), sino también recitándolo en el estilo vernáculo y riquísimo de declamación de Luis Carbonell, el Gran Acuarelista de la Poesía Antillana, Maestro indiscutible y estrella absoluta e indisputable del género en todo el mundo.
He de advertir, para sensibilidades poéticas más refinadas, reservadas y excelsas, que este poema contiene lenguaje explícito y mucha picardía.
Disfruten.
Luis Carbonell en la estampa cubana "¿Y tu abuela dónde está?"
Ya tengo mis espejuelos
ya me arreglaron los lentes
me estiraron las arrugas
y me blanquearon los dientes.
Me pulieron la cabeza
con tesón y con desvelo
lástima que a estas alturas
no me crezca ya ni un pelo.
Me hincharon con cataplasmas
atacando así lo viejo:
me inyectaron las papujas
la papada y los pellejos.
Me dieron golpes con yerbas
de terapia estimulante
me trataron con aceites
con enemas y un purgante.
Después de tanto ajetreo
de verdad que quedé chulo:
con una sonrisa amplia
desde la cara hasta el culo.
Resulta que el cirujano
no encontró la diferencia
entre la boca que ríe
y el tubo de las urgencias.
Ahora, cuando bostezo
aunque sea con disimulo
no sólo se ven las muelas
sino los pliegues del culo...
Está bueno que me pase
por vanidoso y verraco
ahora me crecen cabellos
implantados del sobaco.
Me perdonan si despido
con premura este poema
¡tengo seca la garganta
y el esfínter ya me quema!