La Gran Escena es la vida. De ella, sus actos más peculiares, sobresalientes e insólitos...
— Hacía tiempo no disfrutaba tanto de una noche...
— Me alegro. Ha sido mejor de esta forma que enfrentarnos en una guerra sin ganador posible.
— ¿De veras habrías lanzado tus mísiles?
— No me estabas dando otra alternativa...
— No encontré otra forma de hacer que vinieras y me dieras lo que por tanto tiempo me habías negado...
— Es un chantaje, ¿sabes?
— Sí, pero totalmente efectivo.
— ¿Qué dirá de nosotros la Historia?
— Que fuimos responsables; que somos los pilares del Nuevo Orden Político Mundial; que antepusimos la estabilidad del orbe y la integridad del planeta en el último momento... Que estuvimos negociando incesantemente por cuarenta y ocho horas a solas y a puerta cerrada, sin consejeros ni asistentes; en un tête à tête y un heart to heart que terminó por dar frutos sorprendentes y un viraje substancial en la dinámica y la estructura de nuestras relaciones bilaterales y nuestra proyección internacional como líderes de una nueva generación mucho más abierta a la negociación diplomática y al pragmatismo de Estado... Que en diciembre se ratificará simultáneamente en nuestras respectivas capitales el nuevo Tratado de No Agresión y Limitación del Uso de Armas Nucleares...
— Si supieran...
— Si supieran...
— Tenga buen viaje de regreso a su país, Señor Presidente...
— Quede usted con Dios en el suyo, Señor Presidente...