(Con audio en la voz del autor)
¡Salvad a esta mujer; no sólo por ella, sino también por nosotros mismos!
No importa si es musulmana
o si abrió sus piernas al mundo...
Mañana será lapidada:
piedras sobre sus sienes
guijarros quebrando dignidades
en las órbitas deshechas...
Polvo cementando
los párpados
con la sangre
de sus ojos
hechos líquido...
¿En qué mundo
vivimos
que ocurren estas cosas?
¿Dónde están
las flotas
y las demostraciones
de fuerza?
¿O es necesario
que nos quemen las pupilas
con una
de esas explosiones
que alimentan
la intensidad de sus auroras
mamando
agresivamente
del pezón abominable
de una teta de plutonio?
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