![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjO4SDh7LnLfd7vsottgRaJmE_6CCjY5Xixq3ta7eRtBfRlfFZ0ugS2CmdwJDZ1hT1__dsF-R0-JEUTmSuWKyCGiVK1AraM_C9DGYDDqEU8uNLCfDnaB1kUrpGnxsNEP8QOoJxppaS_gEw/s400/matricide_by_larkin_art.jpg)
A mi madre, sola.
Para mirarte a los ojos
tendría que tragarme el mar
con toda su sal
y limpiar la añoranza
de mis manos
con la arena solitaria
de playas crepusculares
y ocultas
bajo la piel asfixiada
del cielo.
Tendría que hacerle el amor
al tiempo
y jugar con la
muerte,
y bailar con la vida,
y vestirme en un traje
de esqueléticas flores
olvidadas por el viento
y el rocío
que escapó
corriente abajo.
Tendría que amarte en silencio,
en medio de un campo
de amarillentas magnolias
azotadas por relámpagos
de púrpura y azaleas,
besando tus pies
de primaria dureza
mineral,
y entonces,
del vacío de tu vientre
vería nacer el sollozo
en distancias asonantes
a la sombra
de dos
soledades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario