Abre las piernas.
Abre
los pétalos pagados
de esa flor oscura.
Abre los brazos, como ramas,
y deja caer tus frutos,
–redondos y jugosos– como lágrimas.
Abre las piernas.
Abre
los pétalos pagados
de esa flor oscura.
Abre los brazos, como ramas,
y deja caer tus frutos,
–redondos y jugosos– como lágrimas.
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