
Porque a veces también es preciso dejar testimonio poético de lo desagradable, lo objetable y lo feo...
Pobre anciana
agresora
del espacio
limitado:
ojos esquivos
como oblicuos
pozos
de culpabilidad
y mansa angustia;
negación
del percance
en obnubilado
avergonzado
raciocinio
sentada
por dos horas
amargas
sobre su propio
excremento
delator...
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